(5) Email enviado el 26 de mayo de 2016
Hola hijas mías,
Lo estoy pasando realmente mal. Vuestra madre me ha dejado, echado de casa y separado de vosotras. Pero es que además, su comportamiento no está siendo correcto.
Hacia mi, no importa, porque al fin y al cabo, eso son cosas de pareja, y son personales de cada uno. Pero tampoco se está portando bien con vosotras.
Ella ha entrado en una dinámica de vida en la que solamente le importa estar delgada, guapa, y arreglarse lo máximo posible. También está muy en contacto con amistades suyas nada recomendables.
Parece que le molestáis en su nueva vida. Tanto para hacer sus trabajos extra, como para sus planes que desconozco, no duda en pedirme que me quede con vosotras, lo cual yo hago encantado. Yo siempre le he dicho que cuanto más tiempo esté con vosotras mejor.
A menudo os habla a gritos....
Yo sufro muchísimo, porque siempre he procurado que estuvierais bien, ayudaros con las tareas escolares, que tengáis vuestro tiempo de juego con vuestros amigos, y por supuesto jugar yo con vosotras.
Vuestra madre no hace nada de eso. Nunca lo ha hecho, y ahora que su mayor preocupación es otra, menos todavía.
Y yo sufro. Sufro muchísimo porque ahora no os tengo todo el día, para poder daros el cariño que necesitáis.
Cada vez que ella viene a buscaros y os vais entre gritos, a mi se me encoje el estómago y se me parte el corazón.
Vuestra madre me trata con desprecio. No le importa en absoluto todo el infierno que estoy pasando, ni el sufrimiento que llevo por dentro. Pero eso me da igual.
Lo que me importa de verdad sois vosotras. Que esteis bien. Y la verdad, no me quedo nada tranquilo cuando os vais con ella. Parece como si se desentendiera de vosotras.
Os alimenta, os viste, os baña pero no se preocupa del cariño, del afecto, de lo que necesitáis como hijas y como niñas.
Y yo no puedo hacer nada... En cuanto le digo algo, se enfada, me habla mal y me dice que no me meta en lo que ella hace o dice.
Estoy pasando un auténtico infierno. Por vosotras. Porque quiero cuidaros y daros todo el cariño del mundo, pero me tengo que ceñir al tiempo que estáis conmigo. No puedo hacer más.
Solamente espero que cuando seáis mayores, recordéis todo lo que vuestro padre está haciendo por vosotras.
Os quiero de una manera que no sois capaces de imaginar, hasta el día que tengáis hijos. Y estoy sufriendo enormemente por vosotras.
Os quiero. Os quiero con todo mi corazón.
Papá.
Lo estoy pasando realmente mal. Vuestra madre me ha dejado, echado de casa y separado de vosotras. Pero es que además, su comportamiento no está siendo correcto.
Hacia mi, no importa, porque al fin y al cabo, eso son cosas de pareja, y son personales de cada uno. Pero tampoco se está portando bien con vosotras.
Ella ha entrado en una dinámica de vida en la que solamente le importa estar delgada, guapa, y arreglarse lo máximo posible. También está muy en contacto con amistades suyas nada recomendables.
Parece que le molestáis en su nueva vida. Tanto para hacer sus trabajos extra, como para sus planes que desconozco, no duda en pedirme que me quede con vosotras, lo cual yo hago encantado. Yo siempre le he dicho que cuanto más tiempo esté con vosotras mejor.
A menudo os habla a gritos....
Yo sufro muchísimo, porque siempre he procurado que estuvierais bien, ayudaros con las tareas escolares, que tengáis vuestro tiempo de juego con vuestros amigos, y por supuesto jugar yo con vosotras.
Vuestra madre no hace nada de eso. Nunca lo ha hecho, y ahora que su mayor preocupación es otra, menos todavía.
Y yo sufro. Sufro muchísimo porque ahora no os tengo todo el día, para poder daros el cariño que necesitáis.
Cada vez que ella viene a buscaros y os vais entre gritos, a mi se me encoje el estómago y se me parte el corazón.
Vuestra madre me trata con desprecio. No le importa en absoluto todo el infierno que estoy pasando, ni el sufrimiento que llevo por dentro. Pero eso me da igual.
Lo que me importa de verdad sois vosotras. Que esteis bien. Y la verdad, no me quedo nada tranquilo cuando os vais con ella. Parece como si se desentendiera de vosotras.
Os alimenta, os viste, os baña pero no se preocupa del cariño, del afecto, de lo que necesitáis como hijas y como niñas.
Y yo no puedo hacer nada... En cuanto le digo algo, se enfada, me habla mal y me dice que no me meta en lo que ella hace o dice.
Estoy pasando un auténtico infierno. Por vosotras. Porque quiero cuidaros y daros todo el cariño del mundo, pero me tengo que ceñir al tiempo que estáis conmigo. No puedo hacer más.
Solamente espero que cuando seáis mayores, recordéis todo lo que vuestro padre está haciendo por vosotras.
Os quiero de una manera que no sois capaces de imaginar, hasta el día que tengáis hijos. Y estoy sufriendo enormemente por vosotras.
Os quiero. Os quiero con todo mi corazón.
Papá.
Comentarios
Publicar un comentario