(23) Audio grabado el 16 de agosto de 2016


Hola hijas mías.

Hoy es 16 de agosto. Es tu séptimo cumpleaños. La pequeñita cumple en navidades, pero todavía eres muy pequeñita para poder ser consciente de tu propia fiesta de cumpleaños.

Quiero contaros lo que ha pasado estos últimos días.

Vuestra madre y yo hemos tenido un pequeño acercamiento. Me envió un mensaje diciendo si cenábamos juntos. Era viernes. Yo le dije que no tenía sentido, porque ella vendría, pasarían cosas, y tal cual viniese, se iría.

No tenía sentido. Pero acepté.

No tenía fuerzas para afrontar ese encuentro. Pero acepté.

Vino, y cenamos en casa. Una pizza. Estábais vosotras también.

Después de cenar, nos sentamos en el sofá un rato. Yo no decía nada ya, porque ya estaba todo dicho. Una y mil veces.

Estuvimos abrazados, y cogidos de la mano. Nos besamos.

No quería hacer preguntas. Ni quería yo hacerme más preguntas a mi mismo. Tenía alguna esperanza.

Pero a la 1:00 de la noche, creo recordar, dijo que se tenía que marchar. Que al día siguiente trabajaba.

Nos abrazamos fuertemente a modo de despedida, y se marchó (*).

Vosotras y yo nos fuimos a la cama a dormir.

No entendía nada, ni quería entenderlo.


----------------------


Al día siguiente, sábado, le envié yo un mensaje diciéndole que si quería que nos volviésemos a ver, para volver a cenar... Necesitaba respuestas.

Vino esa noche, y después de una pequeña conversación, me dijo que no sentía nada por mi, y que ella quería llevar su vida sola. Que ella es independiente, y que no sentía que le faltase nada.

El domingo, vosotras y yo nos fuimos a la playa. Por la tarde, vuestra madre pasó a recogeros, y se puso a llorar, diciendo que a ella le gustaría sentir algo por mi, pero que no es así.

El lunes era un día festivo. La virgen de agosto. Vuestra madre me llamo para preguntar qué hacíamos. Le propuse que se viniera a tomar algo.

Vosotras estábais muy ilusionadas, de ver a papá y a mamá juntos en una mesa, hablado normalmente. Yo, imaginaos, intentando agarrarme a cualquier posibilidad.

Por la tarde, era la celebración de tu cumpleaños. En el casal fallero, como los últimos años. Me acerqué a última hora, porque en mi estado no podía afrontar ver a toda la gente, familia y amigos, como si nada hubiera pasado.

Pero quería que me vieras en el cumpleaños.

Pasé, y me ofrecí a ayudar a vuestra madre a recoger todo, una vez acabada la fiesta. De repente, su tono ya era tajante, duro, seco...

Le volví a preguntar en qué le podía ayudar... y me dijo que me llevase las sobras que quisiera.

No quería forzar la situación, así que salí fuera a sentarme y esperar a que acabara de recoger.

Al salir ella, ya empezó a reprocharme cosas... Le dije que le acompañaba a casa, pero muy secamente me dijo que no, que no quería que pasara la noche en casa. Ni yo, ni vosotras, hijas mías.

Es tarde, las niñas tienen sueño. Anoche me pediste que me quedara, y me quedé. Hoy te digo yo de quedarme, y empiezas a chillarme diciéndome que me marche...

Que me vaya, que nos vayamos vosotras y yo. Que ella quiere su vida independiente, que no me quería en su casa, y que no sentía nada por mi.

¿Y ayer? ¿Y antes de ayer? ... ¿Hoy no? Las niñas están cansadas, estamos en la puerta de tu casa, puedo ayudarte a acostarles... ¿Nos tenemos que ir ahora al pueblo de al lado?

¡Vete! ¡Que te vayas! ¡Que yo tengo mi vida independiente y quiero mi independencia! ¡No te quiero meter en mi casa!


----------------------


La sensación es horrible. Me hace creer que quiere acercarse. Pero no. Es un tanteo. Ella sabe perfectamente lo que quiere, y no hay ningún tipo de duda. Pero supongo que quiere asegurarse. Intuyo que quiere coleccionar sensaciones desagradables, para justificarse ella misma todo lo que está haciendo, y decir que hizo lo posible.

Es todo mentira.

Pero... ¿qué no haría yo por intentar recuperar a mi familia, a ella? ¿Qué no haríais vosotras?


----------------------


Vuestra madre ha descubierto un mundo de salidas nocturnas a la discoteca, de amigos, de encuentros sexuales, de aplicaciones del móvil (de internet), para citas sexuales...

Ahora ya no hay tiempo de familia, todos juntos. Ahora, o vosotras estáis conmigo, o estáis con ella. Y se ha dado cuenta que todo el tiempo que estáis conmigo, ella puede hacer muchas cosas. Ya no busca el tiempo de familia, ahora lo que busca es el tiempo en que estáis conmigo, para ella hacer todo lo que quiere hacer.

Ha descubierto que todo el tiempo que estáis conmigo, hijas mías, es como si ella no tuviera hijas, y así actúa.

Ha descubierto que con el divorcio, ha conseguido una persona para teneros aparcadas y cuidadas (yo), mientras ella se dedica a su vida de mujer soltera.

Todavía recuerdo la tarde en que tenía que dejaros con ella a las 20:00, y tardó casi una hora y quince minutos en llegar... Cuando lo hizo, vino con un vestido muy ceñido, y oliendo a perfume caro... Más adelante, supe que venía de una cita con un hombre, con el que había contactado por esas aplicaciones de buscar pareja...

Todo muy doloroso hijas mías.

No podéis imaginar la magnitud de este daño.

Sois tan pequeñas para entender este tipo de vida... Sois tan pequeñas para poder ni siquiera imaginar que hayan adultos que puedan ser así... y más, si es vuestra propia madre.


----------------------


(*) El texto que tenéis arriba es una trascripción aproximada de la grabación de ese día.

Por circunstancias, pasado un tiempo, me enteré que esa misma noche de viernes, tal cual salió de mi casa, de estar conmigo y con vosotras, se fue a la discoteca que frecuentaba, acompañada por la misma persona que luego me hizo saber esto, y que estuvo con otro hombre, o varios... no recuerdo bien, ni quiero recordar.

Comentarios