(43) E-mail escrito el 11 de febrero de 2017
Hola chicas,
Casi un año hace ya, de que vuestra madre rompió todo.
En este año, muchas veces he pensado que ha destrozado lo más bonito de mi vida: ser vuestro padre.
Estoy viviendo la vida lleno de dolor, lleno de rabia, lleno de odio y lleno de soledad.
Sufriendo mucho.
Soy vuestro padre. Intento ser un buen padre. Intento ayudaros, educar en valores, dar afecto, dar ejemplo, dar muchos besos y abrazos, llevaros donde queréis estar, para que podáis jugar y tener vida social...
Intento daros muchas sonrisas.... Pero por dentro estoy llorando. Por dentro estoy sufriendo.
Le echo mucho de menos. Tuve hijas con el amor de vuestra madre. Le echo tanto de menos. Me falta a mi lado. Criar dos hijas es labor para dos personas, papá y mamá. Vosotras necesitáis a los dos.
Por dentro llevo mucho sufrimiento, dolor y rabia. Pero siempre intento daros mi mejor sonrisa. Siento mucho y os pido perdón si en algún momento el dolor o la rabia me pueden.
Lo que me hizo sufrir fue durisimo. De repente, la persona que amas y que es la madre de tus hijas, cambia su vida, rompe con todo, y se dedica a salir por la noche, a las discotecas, con 40 años, una familia, y dos hijas, una de ellas un bebé.
El dolor de saber que ella está en otros brazos, en otra cama, es insoportable. Por cuantas manos habrá pasado ya...
Es tan difícil de entender y asimilar... Lo tenía todo: una casa, una familia con dos hijas preciosas, y una persona que le amaba...
¿Por qué hizo todo eso? ¿Por qué se operó de esa manera tan aberrante? ¿Por qué prefiere esa vida tan impropia de una madre?
Perdonadme, si muchas veces veis en mi una mirada de rabia, o escucháis de mi un grito desproporcionado... Os pido perdón.
El dolor me quema por dentro.
Aun así, ya sabéis que me desvivo por vosotras, que el mejor momento de cada día es cuando llego y os recojo para pasar la tarde con vosotras.
Me llenáis de felicidad. Y me da tanta rabia que no sea una felicidad plena....
Os quiero.
Papá.
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