(55) E-mail escrito el 16 de julio de 2018
Que me veáis casi como a un extraño, cada vez que pasan tres o cuatro días sin vernos...
Que pase un solo día sin veros ni sentiros...
Que hayáis aceptado que no esté permanentemente en vuestras vidas y que no viva en mi hogar...
Tantas llamadas a las diez de la noche sin contestar...
Este vacío tan grande en el pecho...
Que ni siquiera os preguntéis por qué no vivo en casa...
Que tengáis que estar con una cuidadora, pudiendo estar con vuestro padre...
Todo eso. Todo. Y más cosas. Merecen un castigo.
Lo siento si os duele. Pero necesito justicia.
Os quiero.
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