(67) E-mail escrito el 6 de noviembre de 2018
Hola hijas mías,
Vuestra madre no deja que pueda veros.
Así de duro es.
El nuevo trabajo que tengo me permite salir todos los días a las 17:30, y la verdad, yo solo pienso en estar con vosotras.
Vuestra madre al contrario, acaba de trabajar a las 18:30, y siempre tiene alguien con quien quedar, algo que comprar, o algún tratamiento de belleza que hacerse... Y a veces a llegado hasta cerca de las 21:00 a recogeros.
Yo sufro. Me parece tremendamente injusto que pudiendo yo estar con vosotras, se me prohíba. Yo necesito veros. No puedo estar una semana entera, ni siquiera dos o tres días sin veros.
Pero... Estoy harto de soportar tanto ataque. De soportar tanta tensión y humillación.
Estoy harto de sufrir.
Yo intento veros porque os necesito. Y os echo de menos. También intento ayudarte a estudiar los exámenes, ya que estás ya en cuarto de primaria, y el nivel de exigencia ha subido bastante... Necesitas ayuda para los deberes y estudiar. Yo lo intento. Pero ya veis... No me dejan.
Siento dolor e impotencia, sabiendo que tengo el tiempo y las ganas de veros, y que esta persona no le importa nada, ni el daño que hace.
Estoy harto. Cansado. Podría pelear. Podría gritar. Imponerme. Pero vosotras veríais escenas y situaciones que no son apropiadas ni os harían ningún bien.
Solo me queda cerrar los ojos la semana que no estáis conmigo, y haciendo un esfuerzo enorme y doloroso, pensar que no tengo hijas.
Distraer la mente y autoengañarme para no pensar en las enormes ganas de estar junto a vosotras.
Espero que algún día la vida le devuelva todo el dolor que causa.
Pero.... Ya hablaremos sobre la vida y sus injusticias.
Mejor construir uno mismo, que esperar a que algo pase.
Os quiero.
Muchos besos de parte de Papá.
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