(94) E-mail escrito el 19 de septiembre de 2019


Hola hijas mías,

Ya ha empezado el curso, y habéis empezado muy bien, las dos estáis muy contentas. 

Quería darte la enhorabuena, porque tus compañeros te han elegido en votación, como la delegada de la clase de 5°A

Hicimos tu discurso de presentación juntos, pero creo que te han votado porque eres una chica estupenda, amiga de todos, y tratas a todos bien. 

Y mi pequeña, tú has empezado las clases de iniciación a danza, en el mismo sitio donde tu hermana da clases de Funky. Y también estás muy muy contenta. 

Hoy, me has dicho que vuestra madre normalmente llega, os recoge de casa de la niñera (las semanas que le toca estar con vosotras), y luego os vuelve a dejar con ella y se va al gimnasio.

Todo el día sin veros, y cuando llega, os vuelve a dejar con vuestra cuidadora, y se va al gimnasio. 

Qué diferencia. Yo todas las tardes, me toque o no, estoy deseando veros... 

Me parecería correcto si lo hiciera en la semana que no tiene que estar con vosotras. Pero las semanas que tiene que estar....

¿Y los deberes? ¿Y los exámenes?...

Y lo más importante... ¿Y aprovechar la semana que tiene para estar con vosotras, para compartir tiempo con sus hijas?

Me duele que haga eso vuestra madre. Me duele por vosotras. 

Así que yo, aunque no sea mi semana, tal cual llego, paso y os recojo.

Primero porque yo quiero estar con vosotras. Lo necesito. Me sería imposible estar a dos calles de vosotras y no estar juntos. 

Y segundo, porque pienso y siento que necesitáis sentir la presencia y el cariño. 

Ya da igual. Da igual quién sale beneficiado... Quien gana, quién pierde... 

Da igual todo. 

Lo importante sois vosotras. 

Para mí, siempre. 

Yo os recogeré. Aunque no sea mi semana. Y siempre que me dejen... porque muchas veces vuestra madre no me deja veros, si no es mi semana.

¿Qué puede haber más importante que estar con vosotras, al acabar la jornada de trabajo?

Nada. 


Os quiere, 
Papá. 



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