(113) Extracción diente de la pequeña


Hola chicas,

Ayer fuimos a vuestra revisión semestral en el dentista, con mascarilla, lavándonos las manos con gel y tomándonos la temperatura al entrar, como indica el protocolo para prevenir el coronavirus.

Siempre os llevo yo al dentista cada seis meses, y ya sabéis que ahora ya la pequeña también se hace su revisión, para controlar sus dientes, y para que se habitúe a ir al dentista periódicamente.

A ti, mi chica mayor, te han dicho de nuevo que habría que ponerte la ortodoncia, con alineadores, porque tienes algunas piezas un poco fuera de lugar, y que el momento ideal es ahora, que eres joven, para corregir para siempre el problema.

Yo ya no pude contenerme más, y le tuve que decir a la dentista la verdad. Que por mi parte estoy de acuerdo, aunque sea pagándolo a plazos, pero que vuestra madre se niega, porque debido a la vida que ha llevado estos últimos años, dedicada a disfrutar, salir, y gastar en ropa y fiesta, no tiene nada de dinero ahorrado y vive al día. Es decir, que lo que cobra cada mes, se lo gasta cada mes. Nada ahorrado para imprevistos, no ya suyos, sino de vosotras, sus hijas.

No quiero seguir hablando del tema, porque me pongo de mal humor, pero es muy injusto que yo no pueda hacer nada. Que no pueda indicarle que debería ahorrar y pensar en vuestro presente y vuestro futuro.

Creo que lo intentaré otra vez... Intentaré comentárselo, a ver si hubiera suerte, pero me temo que conozco su respuesta.

También te han dicho que tienes tres dientes desmineralizados. Eso quiere decir que son más débiles que el resto, más porosos, con más micro-agujeros, me explicó la dentista, y por lo tanto con más posibilidad de tener caries, y en caso de tenerla, con más dificultad para el tratamiento. Son dientes más débiles, por lo tanto, también cualquier pequeño golpe los puede romper.

Me dijo que te ponga una pasta especial en los dientes (parece ser que lleva una alta concentración de flúor) todas las noches durante algunos meses, para fortalecer esos dientes... De nuevo estamos en las mismas, la rabia de estar contigo a semanas alternas, me genera intranquilidad, porque yo quisiera asegurarme de que todas las noches te haces el tratamiento, te aplicas bien la pasta en los dientes... En fin...

También insistió en la importancia de cepillarse muy bien los dientes después de cada comida. SIEMPRE. SIN EXCEPCIÓN.... MUY IMPORTANTE.

Luego fue el turno de mi pequeña, y la verdad, no esperaba que pasáramos un rato tan malo... Tanto tú, hija mía, como yo.

Revisión de la boca bien, ya sabes que te falta un diente (tienes una pieza de menos en la dentadura inferior), pero uno de los incisivos superiores (los dientes que están delante del todo), se movía ya, pero todavía le faltaba... 

La dentista vio que el nuevo diente ya estaba saliendo por detrás, y en ese caso, se debe de retirar el diente de leche, porque si no se retira, el diente definitivo sale desviado, porque no tiene sitio libre. Y luego se cae el diente de leche, pero ya el diente definitivo se queda desviado para siempre... Por eso hay que extraer el diente de leche, cuando el definitivo ya está saliendo. Para que tenga espacio libre para crecer en su sitio.

Pues bien, lo primero, una crema en la encía que anestesia un poco, para no sentir el pinchazo de la aguja de la anestesia de verdad... La dentista aplicó poca cantidad de anestesia, siempre intentan aplicar lo mínimo posible, sobre todo en niños....

Como todavía sentías dolor, de nuevo otros dos pinchazos en tu encía... Ahí ya, estabas llorando mucho. Me pediste que te diera la mano, me decías que querías irte, que te sacara de allí... pobrecita mía... qué mal rato. 

Yo no estaba nervioso. Sé que es lo que había que hacer, y sé que se tenía que hacer... pero verte sufrir así era desgarrador. Te miraba a los ojos, tú me mirabas, y pensabas que por qué tu padre no te cogía en brazos y te sacaba de allí, por qué tu padre no hacía nada.. Qué dolor más desgarrador tu mirada y tus gritos.

Eres pequeña, y no lo entiendes... pero son cosas que se deben de hacer.

Otro pinchazo de anestesia hizo falta en tu encía.

Luego, la dentista, tenía que tirar del diente, con una especie de tenazas especiales... Y no salía, porque, como vimos luego, tenía una raíz muy larga y estaba muy bien cogido... Tus gritos eran desgarradores.

Le pedí por favor a la dentista que acabara rápido... no podía verte sufrir así Cariño... yo no podía ni tragar saliva. Te abracé todo lo que pude. Apoyé mi cabeza en tu estómago. Apreté tu mano.

Realmente, yo también estaba deseando cogerte en brazos y sacarte de allí. Pero las cosas son como son. Y hay que hacer lo que hay que hacer. Siempre pensando en tu beneficio.

Qué mal lo pasamos ayer. A tí, el disgusto se te pasó a la media hora de salir, y me decías que te alegrabas de haber ido al dentista, porque ahora ya no tenías diente...Pero a mi me duró el nudo en el estómago hasta la noche... Qué angustia verte sufrir así.

Me recordó totalmente a la situación que viví con tu hermana, en su segundo empaste, cuando ya sabía a lo que iba.... Ahí tu todavía eras un bebé, y mientras sufría lo de tu hermana, te tenía en mis brazos, boca abajo, en la postura del "koala", que siempre os ha gustado.

Siempre me toca a mi pasar estos malos ratos. Siempre. Solo. Siempre solo.

Echo de menos tener a una madre al lado (la vuestra), que me apoye, que me anime. Que también cuide de vosotras.

Pero es lo que tengo que hacer, y lo seguiré haciendo.

En fin... ¡¡qué mal trago!!

Pero ya está.

Os quiero muchísimo.

A las dos.

Estoy un poco triste, porque ya me han comunicado en el trabajo que vuelvo a trabajar presencialmente, no como ahora, que estaba trabajando desde casa... Eso quiere decir que os volvéis a quedar con la mujer que os cuida mientras trabajamos, y que ya no podremos hacer los deberes que envían cada dia desde el colegio juntos, como estábamos haciendo hasta ahora...

También quiere decir que estáis en casa ajena. Sin las comodidades y la tranquilidad de estar en vuestra propia casa para hacer lo que queráis.

Pero no puedo hacer nada. Hay que trabajar.

Hay que pagar dos casas, llenar dos despensas de comida, y dos armarios de ropa, porque alguien, egoistamente, así lo decidió.

Os quiero muchísimo.

Papá.




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