(146) Represalias

 

Otra vez vuelve a pasar...

En cuanto no haces lo que vuestra madre quiere, amenaza siempre con lo mismo...


Domingo por la tarde, me dice que quiere cambiar el día de intercambio de los domingos a los lunes.

Yo, le digo que me viene mal, que ya estamos funcionando así desde hace años, y que yo tengo todo organizado para que vuestros cambios de casa sean los domingos por la noche.

Le digo que si es por motivo de trabajo, de salud, o una urgencia, que no hay problema en cambiar, pero que si no hay un motivo importante, a mi me supone un problema.

(estoy seguro que es porque ya andará con cualquier otro, y querrá estirar los domingos y aprovechar para estar con él... vaya, quién lo iba a decir, como siempre, primero los demás, nunca su familia).


Cuando voy a llevaros a su casa, me dice, con malas formas, como siempre, que ya que yo no accedo a cambiar el día, que no voy a veros durante sus semanas.


Otra vez. Siempre que se ha enfadado por algo, o no se hace lo que ella quiere, me amenaza y me castiga con lo que sabe que más me duele. El no poder veros durante las semanas que estáis con ella.

Durante sus semanas, ahora que puedo, aprovecho para veros por las tardes (siempre mientras ella está trabajando, en cuanto llega os vais con ella), y aprovechamos para revisar las mochilas, las agendas del colegio, hacer los deberes si los traéis, o estudiar para algún examen que tengas...

Para que estéis con una niñera, para eso estáis con vuestro padre, que está en el pueblo y disponible para vosotras.


Pues no. Impide que podamos vernos. 

No es por ningún motivo más que por hacerme daño, ya que estáis conmigo solamente mientras ella trabaja. En cuanto vuelve, os recoge y os vais con ella.

Pero yo aprovecho ese rato para revisar vuestros deberes, y sobre todo la pequeña que está aprendiendo a leer, y la profesora nos ha dicho muchas veces que tiene que leer todos los días...


Nada.

No quiere.


Yo me lleno de rabia y de dolor. No puede haber nada más dañino que utilizar a tus propias hijas para hacer daño, y más cuando las principales perjudicadas sois vosotras, ya que perdemos ese rato para los deberes, los estudios, y sobre todo para vernos y estar juntos.

Siempre se me hizo imposible estar una semana entera sin veros.


Pero ya estoy harto de tanto sufrir. Ya no quiero más dolor. No quiero sufrir más.

Estoy harto de que siempre me haga ese daño tan terrible.


Pienso. No paro de pensar...

¿Qué hago?

¿Qué puedo hacer contra esta injusticia? ¿Contra este daño?

¿Qué puedo hacer contra la maldad?


Solo veo tres opciones:

1. Aceptar esta imposición, que si bien no tiene ningún motivo más que hacerme daño, y os perjudica a vosotras, es lo que dice ese maldito papel que se llama divorcio y que me impusieron a la fuerza sin yo querer.

2. Luchar por teneros yo siempre. Por pedir vuestra custodia. Porque sé que os voy a cuidar y educar mejor. Porque sois mi prioridad, cuando para ella solamente sois un elemento más de todos los que conforman su mundo.

3. Desaparecer. Huir del dolor y de las humillaciones constantes como padre y como persona... Alejarme de todo este sinsentido que me impuso por el más absoluto egoísmo, e intentar vivir en paz. Dejar de ver una y otra vez mi orgullo como padre y mi dignidad pisoteados... Desaparecer. Marcharme.


No puedo dormir. Pienso en cómo puedo luchar contra este daño...


La opción 3 sería incapaz de tomarla. Moriría muy pronto de pena y dolor. Os necesito y me necesitáis.

La opción 2 no niego que me gustaría hacerla, pero comenzar otra lucha judicial, de incierto resultado, solamente os causaría más daño a vosotras. Porque una lucha judicial por vuestra custodia empeoraría muchísimo la situación, más con el carácter tan maligno de vuestra madre, y por la propia lucha en sí. Y porque vosotras sufriríais muchísimo. Al fin y al cabo, sea lo que sea, y haya hecho lo que haya hecho, es vuestra madre, y sé que le necesitáis, necesitáis sentiros queridas por ella. Y yo no quiero que sufráis.

Así que, solamente me queda resignarme, bajar la cabeza (otra vez), y por vosotras soportar otra humillación y ataque de vuestra madre.

Acatar lo que dice el maldito papel, y ceñirme a mis semanas.

Con todo el dolor de mi corazón, no puedo hacer nada más.

No puedo hacer nada más, que no empeore las cosas.

Todo esta paciencia la tengo por vosotras.... Si no, hubiera tomado decisiones más drásticas.


Estoy harto de sufrir. De sufrir por vosotras, a causa del daño que hace vuestra madre.

Nada hay más ruin y maligno que usar a sus propias hijas para hacerme daño, sabiendo que las que perdéis sois vosotras. Y todo porque habrá conocido a algún otro idiota (el siguiente, y no el último), y querrá apurar y aprovechar los domingos por la tarde con él.... quién sabe. Ya me da igual...


Al día siguiente, hablé con la niñera.... con dolor en mi voz, le expliqué la situación... lo único que me dijo, es que no podía recogeros. Que no podíais veniros conmigo.

Vuestra madre le había dado orden, le había prohibido que pudiera recogeros...

TE ODIO. ERES MALA. TE ODIO HASTA LA MUERTE.

Cuánto daño.

Tú, sin saber qué cara poner, y la pequeña llorando porque se quería venir conmigo...

Tuve que hacer esfuerzos para no llorar.

Evidentemente, la niñera, no dijo nada a mi favor, y solamente dijo que a la tarde vuestra madre hablaría con ella.

Ella es cómplice de esta injusticia. Ve todo el dolor que causa vuestra madre, y calla. No es capaz de alzar la voz y de decir que no es correcto lo que me están haciendo...

Luego a bailar en clases de zumba como dos idiotas, y arreglado.

LES ODIO.....

MALAS....

ME GUSTARÍA VIVIR PARA VER QUE LA VIDA LES CASTIGA..PERO CADA VEZ TENGO MÁS ASUMIDO QUE ESO NO VA A SUCEDER.


Y aquí estoy... pasando toda la semana solo. Solo en casa sin saber qué hacer.

Si no estáis, me falta la vida.

En cada momento me pregunto qué hacéis, dónde estáis... y por qué no podéis estar conmigo...


Estoy cansado de tanto sufrimiento.

Pero no puedo rendirme.

Debo seguir.

Por vosotras.


Os quiere,

Papá.







Comentarios