(174) La graduación

Hace un par de días fue tu graduación en Educación Primaria.

Enhorabuena. Has acabado sexto de primaria con unas notas estupendas.

Si bien es cierto que el colegio del pueblo no tiene un nivel de exigencia excesivamente alto comparado con otros colegios, has hecho un buen curso y has aprobado todo, con buenas notas. 

Seis años de trabajo contigo. Haciendo los deberes diariamente. Estudiando cuando tenias exámenes. Haciendo esquemas, resúmenes, explicándote todo para que lo entendieses, ayudándote con los trabajos que te pedían...

Seis años de esfuerzo junto a ti.

La graduación ha sido en la casa de la cultura. En las butacas, tu madre, yo, y la pequeña en medio de los dos.

No cruzamos ni una palabra. No hay nada que decir. ¿Para qué?

Ella está ahí... Disfrutando de tu día. Ella ha puesto el vestido que luces hoy guapísima, y el peinado. Nada más.

Yo he puesto seis años de esfuerzo junto a ti.

Nunca te dejé sola ante nada.

Tu madre nunca ha cogido un libro contigo en seis años.

Vale que no tiene los conocimientos.... Pero en seis años, no sentarse contigo ni a preguntarte qué estás estudiando....

Ella no se merece disfrutar de ese acto. Pero ahí está, orgullosa. 

Sólo yo sé lo que implica llegar a donde has llegado. 

El resto de padres, ahí estaban. Antiguas amistades, que ahora solamente le hablan a ella.

Puedo entenderlo, las tetas de plástico quedan muy vistosas con el vestido que lleva.

Yo, solamente soy un simple trabajador, que ha hecho todo lo posible por estar aquí, en tu gran día.

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Al acabar la ceremonia de graduación, los padres se van a tomar algo todos juntos.

Nadie me dice nada.

Yo me llevo a mi pequeña a tomar un granizado, que se lo prometí. También quería un paquete de gusanitos.

El bar donde están los padres, esta junto a mi casa. Al pasar, mi pequeña me mira como diciéndome que quiere estar ahí, en el jaleo...

Le pregunto si quiere ir y quedarse con su madre, porque al fin y al cabo, estáis con ella esta semana.

Me mira.... Y rompe a llorar. Llora porque quiere estar con los dos. Porque no sabe qué hacer... Porque sabe que me quedo solo. Porque quiere estar conmigo, y a la vez con ella. Con todos.

Llora de angustia mi pequeña. Y yo me cago en las mil putas que parieron a la persona que ha generado todo este daño y dolor.

¿Por qué tiene que llorar mi pequeña? ¿Por qué?

Se me cierra la garganta de angustia.... Pero debo poner buena cara y sonreír, para que mi pequeña se vaya feliz.

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Te había dejado un pantalón vaquero corto y una camiseta, para los bailes de fin de curso.

Hoy tenía que pasar a recogerlos.

Como siempre, me dices que no pase, que estarás cenando... Que es tarde... Todo excusas.

Yo te digo que así aprovecho y os veo aunque sea un momento... Pero insistes con excusas.

Me duele. Me duele mucho.

Supongo que sea porque hay otro en casa. Ahí metido con vosotras. Qué asco. 

No he podido evitar decirte, con cara muy apenada, que estoy muy decepcionado contigo.

Soy tu padre. Y llevo años luchando contra el mal que me hicieron, para estar a vuestro lado.

Nada de eso parece importarte.... Me duele.

Quiero pensar que eres pequeña todavía... Pero ya tienes casi 12 años.

Me duele.

Recogo la ropa, y me voy sin mediar palabra. Solamente te digo con la voz temblorosa, que estoy muy decepcionado contigo. 

La angustia no me deja casi tragar saliva.

Ojalá luchases más por mi. Me demostraras más.... Ojalá.

Ah, espera, que yo no tengo tetas de plástico, ni mil amistades... Quizás será eso...

No lo sé.

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Ahora, toca luchar por mi pequeña. El curso que viene, a segundo curso de primaria. Y todo vuelve a empezar, pero ahora con ella.

A tu lado estaré pequeña mía, siempre, como lo he estado con tu hermana mayor.

Tampoco voy a abandonarte a ti, que empiezas el instituto... Pero no puedo esconder, que me siento muy decepcionado.

Pensaba que harías más por mi.

Da igual...

Hago lo que deseo hacer, y lo que tengo que hacer...

Aunque nunca sea reconocido, ni agradecido.

Lo hago todo por vosotras.

Os quiere,

Papá.