(176) Esos sábados...

 

Hola chicas,

Como sabéis, las semanas que no os toca estar conmigo (nunca me acostumbraré a esto), los viernes por la tarde os recojo, y dormís conmigo, porque vuestra madre trabaja los sábados por la mañana.

Así, estáis conmigo en vez de con la niñera, y yo aprovecho para no estar una semana entera sin veros.

El sábado, cuando vuestra madre acaba de trabajar, que suele ser después de comer, ya os vais con ella.

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Mi pequeña, ya lleva unas semanas diciendo que no quiere estar con su madre, porque le mandan a dormir a su cama sola, ya que vuestra madre duerme con el nuevo que ha metido en casa.

A parte, dice que no le hace mucho caso, porque está casi todo el tiempo con él, o atendiéndole a él.

Mi pequeña me pide que quiere estar conmigo, que hable yo con vuestra madre, y le diga que se venga conmigo...

A mi se me parte el corazón de pena, pero le digo que lamentablemente yo no puedo hacer nada. Que si le pido eso a vuestra madre, conociéndole, y sabiendo cómo es, directamente me lo negaría, simplemente por malicia, o por querer quedar por encima de mi.

Yo te digo, pequeña mía, que has de ser tú la que se lo pida, que yo no puedo hacer nada... Y tú me dices que no se lo quieres pedir, porque te reñiría, como hace siempre.

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Hoy sábado, ha sido muy triste.

Estamos pasando aquí en casa este caluroso sábado de agosto, tranquilos... hemos hecho un poco de deberes, hemos comido... y enseguida, llamada de vuestra madre de que pasa a recogeros.

Mi chica mayor enseguida se ha puesto nerviosa, dando prisa a la pequeña, que estaba en el aseo, y a mi.

Prisa, porque le tienes miedo.

Te tiene aterrorizada.

Es la impresión que me da.

Yo te digo que no pasa nada porque espere unos minutos... Tu hermana pequeña está en el aseo haciendo caca, y os tenéis que poner la ropa con la que vinisteis.

Pero nada... empiezas a hablarme alterada y nerviosa, porque no quieres tardar en bajar.

No sé si es porque no quieres hacer esperar a tu madre, o porque le tienes miedo a que también luego te riña.

No lo sé.

Espero que sea lo segundo... porque si es por esperar, las veces que he ido yo a recogeros o a algo a casa de vuestra madre, no me ha importado esperar lo que hiciese falta.

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Hija mía mayor...

Tengo miedo.

Tengo miedo de perderte.

Cada vez que se trata de algo de vuestra madre, te pones nerviosa, tensa, alterada, al acecho...

Atacas. Me atacas. Me hablas muy seca y cortante.

Hoy querías bajar rápido sí o sí a toda costa. Me dabas prisa. Me hablabas mal...

No sé qué te está pasando...

Me porto bien contigo, hablo de todo contigo... te dejo hacer tus cosas, salir con tus amigas...

Te doy educación... te compro la ropa que quieres...

Si te pregunto si estáis bien con la situación que os ha impuesto vuestra madre (tener a otro tío metido en casa permanentemente), enseguida me frenas, y dices: "si, bien".

Me gustaría que me hablases.. que compartieses conmigo, que me dijeras lo que sientes o lo que piensas...

Ya sé que no podemos hacer nada... pero que por lo menos tuvieras la confianza de hablar conmigo de ello.

Ya sé que evitas cualquier conversación en la que se trate el tema, porque no quieres conflicto entre vuestra madre y yo... pero yo estoy preocupado por vosotras... por cómo estaréis. Por cómo será vuestro día a día...

Me preocupa lo que podáis sentir, al tener a otro metido en casa. En vuestro espacio personal. En vuestro día a día.

Me preocupa lo que podáis estar viviendo... ver a vuestra madre con otro que no es vuestro padre, ahí, metido a todas horas hasta en la sopa. En casa, que se supone que es el lugar donde más a gusto y cómodas tendríais que estar...

Mi pequeña me lo verbaliza a su manera... que es un rollo me dice... que vuestra madre siempre está haciéndole caso, y que a vosotras poco... que quiere estar conmigo...

Pero tú, hija mía, no me dices nada. No me cuentas nada. 

Yo, casi todas las noches, te pregunto si tienes algo que contarme... algo que te preocupe... si tienes alguna duda sobre cualquier cosa, o si te puedo ayudar en algo...

Siempre obtengo la misma respuesta. Nunca te pasa nada, ni nunca me quieres contar nada.

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Como podéis ver... a mi ya me da igual todo... No hago ningún comentario sobre vuestra madre, a no ser que saquéis vosotras el tema, y no digo absolutamente nada ni me quejo de que esté con otro.

Ahora bien, sí me preocupáis vosotras... necesito saber que estáis bien...

Y me gustaría que confiaras más en mi, y me contases algo...

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La despedida de hoy sábado a mediodía, ha sido muy triste, porque mi pequeña ha comenzado a llorar, pidiéndome que le dijera a vuestra madre que si se podía quedar conmigo.

Llorando... en mis brazos... mi pequeña...

Nunca habrá castigo suficiente para la asquerosa egoísta que ha causado tanto dolor. Tanto a vosotras, como a mi.

Y tú, mi chica mayor, tensa, nerviosa, alterada, con prisas, prisas para tu hermana, y prisas para mi... todo porque tu madre no esperase un par de minutos.

Has llegado a decir, literalmente, que bajaseis rápido, que si no luego las riñas son para ti. Que tu madre se enfada contigo.

Qué mala persona.

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No sé el tipo de relación que tienes con tu madre... Tampoco me hablas de ello.

No sé si le temes, si le tienes miedo, y acatas todas las órdenes que te da, o si le guardas algún rencor por todo el mal y el daño que nos ha hecho...

Tranquila, tampoco te lo voy a preguntar.

Pero sinceramente, espero algún día poder descargar todo este pesar que llevo encima de mi, y me digas algunas palabras bonitas... como que eres consciente de todo el daño que ha hecho vuestra madre...

Tranquila... yo nunca te lo voy a pedir.

Pero sí que agradecería que saliese de ti misma...

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Una despedida muy triste.

Un mal sabor de boca...

He pasado dos o tres horas con el deseo de llamaros y decirle a vuestra madre que si se podía venir conmigo la pequeña...

Pero no lo he hecho, porque sé que vuestra madre crearía un conflicto de ello.

Mi pequeña lloraría, y tú te pondrías mal también, al ver el conflicto...

He tenido que reprimirme. Sintiéndome mal por ello.

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No sé, para mi es muy sencillo... quieres venirte, pues vente...

Yo estoy aquí, solo en casa. Hubiésemos ido a la piscina, para pasar la tarde... o hubiésemos practicado lectura, que te hace falta...

Me llaman algunas personas para quedar... chicas que conocí en el pasado... al principio de toda esta mierda del divorcio.

No me apetece estar con nadie.

Solo con vosotras.

Todo lo dejo por estar con vosotras.

Y este mal cuerpo que se me ha quedado con la despedida de hoy, no me permite ni entablar una conversación con nadie.

Sólo me apetece estar solo.

No puedo estar con vosotras... y eso me causa un dolor y un vacío tremendo.

No estoy bien para ni siquiera tomar algo con alguien,... todo el rato os tengo en mi pensamiento.

Sé que sería equivocarse, si quedase con alguien.

No estoy bien. Os echo de menos....

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Me duele tanto que sufráis...

Ojalá pudiera yo hacer algo para evitaros todo este sufrimiento.

Pero ya os lo he dicho muchas veces: si le pido a vuestra madre que vengáis conmigo cuando no os toca... solo por hacer daño, por quedar por encima, me lo negaría sin ni siquiera tener la opción de poder hablarlo.

Por eso, os digo que sois vosotras las que tenéis que pedirle a vuestra madre que queréis venir conmigo.

Mi chica mayor, sé que nunca lo va a decir... sea por miedo, o sea porque realmente quieres estar con tu madre, o por no parecer que le fallas, no lo sé, nunca lo vas a decir.

Y mi chica pequeña, no se atreve a decirlo por miedo a que le riñan... y creo que tampoco la tendrían en cuenta, al ser pequeñita.

Así que solamente nos queda esperar el paso del tiempo... Esperar a que seáis más mayores... Y que podáis tener esa libertad, de estar con quien queráis, en el momento que queráis.

Yo lo que quiero es que seáis felices. Sois niñas. Y los niños tienen que ser felices... nada más.

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Me duele que tengáis que ver a vuestros padres separados.

Me duele que tengáis que ver a vuestros padres sin hablarse.

Me duele que no tengáis un modelo de amor familiar. Un modelo de cariño.

Sé que os afectará en el futuro.

Me duele no poder hacer nada para evitaros ese dolor.

Sufro.

Sufro mucho.

Por eso, cuando ya estás harto de tanto dolor, lo que piensas es que nada de esto es culpa mía.

Quien se fue para ponerse tetas de goma y acostarse con media Valencia, dejando atrás a dos hijas pequeñas y a un padre destrozado, fue vuestra madre.

No quiero sufrir más por algo que no es culpa mía.

Me veo obligado a pensar esto para dejar de sufrir...

Pero en el fondo, yo quisiera hacer algo...

....

Y te rindes... 

Dejas de pelear...

Y luego, te sientes mal por rendirte.

Porque quieres hacer algo, y no puedes.

Algo por vosotras.

Pero hay que evitar el conflicto, porque no queréis ver conflicto...

Me siento atado de pies y manos.

....

No hay salida.

Solamente, puedo confiar en que el paso del tiempo, que cada vez os hará más mayores, os de la libertad de poder estar con quien queráis, cuando queráis.

Aunque sé que vosotras desearíais que vuestros padres estuvieran juntos...

Lo sé...

Yo también lo desearía.

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Estoy solo.

Solo con todo.

Nadie nunca me ha dicho "cómo estás", o "sé lo que estás pasando"...

Nadie...

Por eso, el único consuelo que me queda es contárselo a las dos personas que creo que, en el futuro, agradecerán que su padre les hable de todo esto...

Aunque sea, su padre del pasado.

Es la única manera de que el mensaje os llegue tal y como es...

Si me espero a que tengáis la edad suficiente para entender lo que siento, probablemente ya no recuerde ni la mitad de estos pensamientos...

Por eso os escribo todo esto...

Son, cartas de un padre del pasado... a unas hijas del futuro.

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Os quiere muchísimo,

Papá.