(184) Volcán en erupción

Hace unos días ha sucedido algo que no sucedía hace 50 años.

Un volcán que se encuentra en las Islas Canarias, ha entrado en erupción. 

Veo imágenes por la televisión, de ríos de lava bajando por la ladera de la montaña, arrasando todo lo que encuentra a su paso.

Ayer la lava derrumbó e hizo desaparecer una iglesia de un pueblo, y mucha gente ha perdido sus casas, sus hogares.

Es un drama para esas personas.

Nosotros, desde aquí, seguimos con nuestra vida normal (bueno, no muy normal, seguimos llevando mascarilla).

El año pasado, hizo aparición el coronavirus, y la enfermedad que causa, la COVID-19 (significa COronaVIrus Disease, que es "enfermedad" en inglés, y el 19 es porque los primeros casos aparecieron en China en el año 2019).

Fue un hecho que ha cambiado el mundo entero, con consecuencias en la salud, la economía, y la vida entera de las personas.

Ahora, entra en erupción un volcán. Y afecta a cientos, miles de personas, de manera importante. 

Con esto, quiero deciros que tanto el coronavirus, como el volcán, son dos elementos de la naturaleza.

Una naturaleza, que solemos olvidar en nuestras ajetreadas vidas. 

Olvidamos que somos seres vivos, sujetos a unas leyes biológicas, y habitamos un planeta, la tierra, que también tiene sus propias leyes.

Qué no se os olvide. Somos primates. Somos mamíferos... Somos una especie más. 

Para la vida, para la naturaleza, para la biología, somos exactamente igual que ese mosquito que matamos sin pensarlo, esa noche calurosa de verano...

No importamos más que una mosca, o una hormiga.

Lo que ocurre es que nuestro mundo interior, nuestra conciencia, es mucho más evolucionada que la de cualquier otra especie, y por eso, hemos creado multitud de avances en todos los campos del conocimiento.

Pero hijas mías, si queréis acercaros lo más posible a una vida plena y feliz, nunca olvidéis quienes sois. Qué es lo que sois. 

La economía es el gran motor del mundo. Básicamente, el sistema crea individuos que sean consumidores en el futuro. Estudia, trabaja, gana, y gasta. Eso dará de comer a mucha gente, y enriquecerá injustamente a otra.

Pero por favor, no olvidéis que sois mamíferos. Seres vivos. No máquinas de ganar-gastar.

Que no os engañen los anuncios. La publicidad, las redes sociales, las modas, Internet,... Que no os engañen. 

Desde que nacísteis os he tenido en mis brazos.

Con la mayor ya no puedo. Y la peque me queda poquito ya para no poder con su peso... Pero nunca os he negado cogeros en brazos. Aunque todo el mundo me dijese que no lo hiciera, por la espalda... 

Contacto humano. Abrazo. Caricia. Beso. Juego. Tacto.

No necesitáis nada más para ser felices y completas que un lugar donde dormir y asearos, algo de comida y agua, y los abrazos, caricias y besos de la gente que queréis y que os quiere. Vuestra familia.

Que no os engañen con falsas necesidades.

Siempre os lo he dicho. Deseáis tener una cosa, comprar algo... Y al día siguiente, ya pierde toda su importancia. Y ya no llama vuestra atención.

En cambio... Salir al parque, correr, jugar con vuestras amigas... Un abrazo.... Eso nunca está de más, y reconforta y te hace feliz.

La naturaleza es la ley suprema. El virus... El volcán... Y más cosas que vendrán. 

Nunca os faltará mi abrazo, mientras queráis recibirlo.

Por favor, nunca olvideis lo verdaderamente importante.

Que no os engañen. 

Cuando un nuevo virus mata a la persona que quieres, o cuando un volcán destruye tu casa... Es cuando ves la realidad de las cosas...

Qué todo lo demás es un teatro. Una mentira necesaria para que la economía, el dinero, siga moviéndose.

Pero no es la verdad. 

Nunca olvideis la verdad. 

Toda la verdad del universo, TODA, cabe y encuentra su explicación sin palabras, en cada abrazo que os daba por las noches para que durmieseis tranquilas y felices.

Todo lo demás, mentira. Teatro. 

Espero que lo tengáis presente, en toda vuestra vida.

Os quiere, 
Papá.


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