(204) Campamento de Pascua

Hoy te has ido de campamento de Pascua, a Benagéber, a estar 4 días.

La verdad yo quería que fueras, porque así lo pasarás muy bien, harás actividades, y vivirás buenos momentos con tus amigas y amigos.

Hemos ido la pequeña y yo a despedirte a la salida del autobús. También ha ido vuestra madre.

Yo me mantengo alejado.

En un momento, me has dicho:

"Jopé qué asco, es que siempre que estáis tú y mami estás enfadado".

No te he dicho nada. No te he contestado nada.

Cómo explicarte...

No es enfado. 

¿Qué sensación se puede tener, ante la mera presencia de una persona que te ha echado de casa, ha roto y separado mi familia, que se fue a acostarse con decenas de tíos, y que ya os ha metido a dos en casa?

¿Qué sensación se puede tener ante la injustícia, ante el dolor, ante el daño?

No sé... ¿Rabia? ¿Odio? ¿Dolor?

La verdad, a estas alturas, y después de tanto tiempo, no sabría qué nombre ponerle...

Quizás sea una mezcla de todas, y ninguna a la vez.

Es algo que tu no puedes entender, pero que sin duda, un día sentirás, y tal vez, entonces, entenderás.

Como siempre, ante la angustia que siento por la injustícia, no queda otro remedio que aplicar la técnica que empleo siempre.... Mirar para otro lado.

Dejar de pensar en ello, de darle vueltas. Pensar en otras cosas, dejar de poner el foco de mi atención en esos sentimientos...

Es la única manera de mitigarlo.

En Semana Santa os habeis ido a casa de unos amigos o amigas de vuestra madre, y supongo que con el desconocido.

Yo, no puedo más que aceptar con impotencia la situación.

Lo que me gustaría realmente, es dar un puñetazo en la mesa, y decir que sois mis hijas, y que no tenéis por qué estar con otro hijo de la gran puta que se acuesta con vuestra madre, pero que NO ES VUESTRO PADRE. 

Eso es lo que quisiera hacer. Hacer valer mi condición de padre, decir que os quedáis conmigo porque sois mis hijas.

Eso es lo que me gustaría hacer...

Pero lamentablemente no se puede. Ella decidió, unilateralmente, que la familia se rompía para siempre en dos.

Sin mirar atrás, y sin importarle el daño causado, gran daño, enorme, tanto a mí como a vosotras. 

Tengo que aceptar esta puta mierda de situación, porque no puedo hacer nada legalmente. 

Entonces, quizás, algún día comprendas, que no puedo evitar que la mera presencia de vuestra madre, me ponga tenso, rígido.

Un día aprenderéis, que es inevitable evitar lo malo. Aprenderéis a mantener el mal lo más alejado de vuestras vidas. 

En fin... 

Dejar de pensar, dejar de pensar.... 

Déjalo ya. 

No sirve de nada. 

Estos días que no estás, me dedicaré a repasar con mi pequeña un poco de matemáticas y lectura.

Espero que lo pases muy bien en el campamento. Tu no tienes culpa de nada. Vosotras no tenéis culpa de nada.

Sois tan víctimas y perjudicadas, como yo. 

Un beso. 
Papá.


Comentarios