(205) Otra vez... No cambia.
Hola chicas,
Hoy es lunes. Hoy se acaban las vacaciones de Pascua del año 2022.
Mañana, vuelta a clase vosotras, y vuelta al trabajo yo.
Mañana es un día un poco especial, porque ya no hay que llevar mascarilla para el coronavirus en clase. Por fin un poco de normalidad.
Hemos apurado las últimas cosas que nos quedaba por hacer de deberes, y os habéis duchado.
Antes de salir de casa, os he pedido un abrazo. Un fuerte abrazo.
A las 7 de la tarde, os he llevado en coche a casa de vuestra madre.
Antes de ir, hemos pasado por Ca Irene, la tienda de las chuches, para pagar lo que dejasteis a deber ayer, y compraros un paquetito y un batido, para que os vayáis con algo, y que sepáis que yo quiero que estéis felices y bien.
En la puerta, estaba aparcado el coche del extraño que habita en el que fue mi hogar.
Intento no pensar en ello, y os abrazo, deseando que la última imagen que tengáis mía hasta dentro de una semana sea la de un padre y una persona feliz, y que os quiere.
Realmente, cuando subo al coche, me quedo destrozado, porque sé lo que me espera.
Me espera abrir la puerta de casa, y sentir el enorme silencio de vuestra ausencia.
Es horrible.
Después de una semana de vuestras risas, vuestras voces, vuestras peleas, vuestras pequeñas preocupaciones y alegrías... Entrar a casa y sentir el desolador silencio.
Es desgarrador tener que separarme así de vosotras.
Os hecho mucho en falta.
Después de tanto tiempo, de tantos años, todo sigue igual. Me duele muchísimo separarme de vosotras, y pienso que es una injusticia que me puedan imponer de una manera tan horrible y egoísta el no poder estar con vosotras.
Ella lo decidió, sin importar nada más.
Ni vuestra opinión, ni la mía.
Es muy doloroso tener que volver a obligarme a no pensar en vosotras. A la fuerza, obligado, para no sufrir.
De nuevo te escribo que "te quiero" por WhatsApp, y no contestas.
Decido no insistir, porque al fin y al cabo eres una niña de 12 años, y para qué volver a lo de siempre... Pienso que yo ya te lo he dicho, y que por mi no quede.
Os echo de menos. Saber de vosotras. Veros a mi lado, llevaros a la cama, porque mañana hay que madrugar.
Para aliviar el dolor, pienso si puedo llamar a alguien para quedar... O ir a ver a mi madre y abuela...
Pero recuerdo que estoy aquí solo. Que no tengo a nadie en este pequeño pueblo de la Valencia profunda.
Recuerdo que estoy aquí, solamente por vosotras.
Si, se vive más tranquilo, más que en la ciudad. Pero las personas necesitamos personas.
Tampoco voy a ver a mi familia, porque para qué voy a hacerme 40 km de ida y otros 40 km de vuelta, para saludar y hablar media hora si llega.
La soledad cae como una piedra enorme encima de mi cabeza. Me golpea. Duele. Miro alrededor y las calles están vacías. Todo el mundo está en su casa. Con su familia. Preparándose para madrugar al día siguiente.
A mi, me da miedo girar la llave y abrir la puerta de casa. Porque el silencio y la soledad me envolverán hasta asfixiarme.
....................
Ya ni os pido que penséis en como me puedo sentir después de lo que me han hecho.
No os gusta hablar de ello.
Es comprensible. Sois niñas. Sólo queréis estar bien y ser felices.
Al fin y al cabo, soy un padre.
Y un padre no está para recibir mimitos y cariño, por lo que veo.
Está para dar ejemplo, para ser modelo a seguir. Para ser vuestro referente y que estéis orgullosas del padre que tenéis.
No os puedo cargar con la responsabilidad de tener que pensar en cómo estaré yo.
Aunque no os niego que me haría mucha ilusión recibir alguna muestra de que entendéis mi situación. Mi estado.
En fin. Me voy a la cama pronto. Así quizás acortaré el tiempo para que la tristeza llene por completo mi cabeza y me gane la batalla.
Mañana vuelta al cole. Y por la tarde, no podré veros y preguntaros qué tal la vuelta al cole y al instituto.
Y pese a ello, en el trabajo tendré que poner cara y voz de como si no pasara nada.
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Espero que descanséis. Que vaya bien la vuelta a clase. Y que estéis bien. Aunque tengáis a un maldito extraño metido en casa.
Aquí estaré yo. Por si pasa algo. Por si necesitáis algo.
Aquí estaré yo, esperando a que volváis.
Os quiero.
Papá.
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