(210) Siete dias

Pues ya está.

Después de más de seis años, casi siete, ya no nos dejan estar los viernes tarde y sábados mañana, de las semanas que no estáis conmigo, juntos.

A mi, esta tarde noche, y esa mañana, me servía para no tener que estar siete días completos sin veros.

También me servia para llevar un poco el seguimiento de los estudios, y de los deberes. 

Ahora, de repente, ella ya no deja, es más, prohíbe que nos veamos esos viernes tarde noche y sábados mañana.

Sinceramente, no sé cómo de largas se me van a hacer esas semanas completas sin vosotras.

Odio la sensación de vernos después de tantos días, y que los primeros momentos sean como si fuésemos extraños.

En fin... 

He decidido no luchar. 
No pelear.
No entrar en conflicto. 

Muchas veces me ha amenazado con esto, con no dejar que nos viésemos esos viernes y sábados...

Ahora, ya no tiene con qué amenazarme... 

De nuevo, hoy es lunes. Y hoy os habéis ido. 

Con la casa solitaria, y en silencio, me tumbo en el sofá, y pienso en las opciones...

- Legalmente no tengo nada que hacer: es una semana con cada uno. No puedo hacer nada. Sería una lucha inútil, decir que esos ratos nos sirven para llevar al día los deberes... Sería una lucha inútil decir que "para que os quedéis con una niñera, o con un extraño, mejor con vuestro padre"... Nadie me haría caso.

- Presionaros a vosotras, para que pidáis estar conmigo esos días, os haría mucho daño. Os pondría en medio de una guerra que no es vuestra. Os causaría un daño enorme tener que posicionaros hacia uno u otro, cuando nos queréis a los dos, y necesitáis estar bien con los dos, para vuestro bienestar y correcto desarrollo. Pediros que veáis la maldad de vuestra madre, es algo imposible. Al menos de momento. No voy a poneros nunca en esa encrucijada. Sois niñas y tenéis que crecer felices. O al menos lo más felices que podáis dentro de esta asquerosa e indeseable situación... No os voy a decir nada. Mi dolor, me lo trago yo.

- Por lo tanto, lo que queda es aguantar. Aguantar otro golpe más. Resistir, y esperar, que quizás algún día, pidáis estar conmigo, porque lo que nos han hecho, no está bien...

No puedo ni debo tirar de vosotras. No tenéis que estar en medio de un conflicto. Os tengo que dejar marchar...

Aguantarme las ganas de ir a por vosotras, de veros, de saber de vosotras, de cuidaros...

Que viváis allí, y que viváis conmigo. Y quizás, algún día, podáis comparar, y daros cuenta de algunas cosas...

Quizás vuestra forma de ser, dentro de unos años, os haga estar más cómodas con esta situación, o por el contrario, la odiéis tanto como yo.

Quizás penséis que sigamos así, cambiando de casa cada semana, o quizás estéis hartas de andar con tanto cambio, y decidáis estar con uno o con otro.

Después de mucho pensar, es lo que voy a hacer: no voy a tirar de vosotras. No voy a pelear. Estoy cansado de pelear y sufrir.. 

Así, evito más sufrimiento, y así os evito el conflicto. 

A ratos me invade un pensamiento... Debería luchar. Defenderme. Debería plantar cara.

Me siento mal por rechazar y rehuir el conflicto... No es mi naturaleza. Mi naturaleza es luchar contra lo injusto, defender mis posiciones...

Pero, cuando en medio del conflicto estáis vosotras, no quiero más conflicto. 

Quiero que estéis bien.

Y qué estéis y hagáis lo que queráis. 

No quiero pelea, si vosotras sois las que sufrís.

Así que, una semana completa allí, y una aquí. Siento que tengáis que estar así. Ya sabéis, decidieron por nosotros...

Y si en un futuro, después de ver cómo se vive en un sitio y en otro, decidís otra cosa, pues bienvenido sea, siempre que sea vuestro deseo y voluntad.

No quiero conflicto para vosotras. No quiero que estéis en medio de una guerra.

Así que, agachó la cabeza, en contra de mi naturaleza, y acepto lo que hay. 


Os quiere,
Papá. 

Comentarios