(219) 1 de septiembre del año 2022

¡Hola chicas!

Hoy es 1 de septiembre del año 2022.

Acabo de pagar los libros de mi pequeña, y es que el próximo día 12 de septiembre empezáis las clases.

Mi chica mayor comienza 2° de ESO y mi chica pequeña comienza 3° de Primaria.

El verano va quedando atrás, aunque nos queda todavía algún día de piscina y de playa...

Ya se va acercando mi época favorita del año, el otoño... Donde todo vuelve a empezar, las rutinas diarias vuelven, y el calor del verano, espero que poco a poco vaya remitiendo.

Trabajaremos juntos vosotras y yo, para que tengáis un buen curso, como siempre, teniendo en cuenta los impedimentos que nos pusieron...

Una semana si, y una no, que afectan a vuestro ritmo de estudio, y limita el tiempo que yo puedo ayudaros y llevar vuestro seguimiento.

Estamos en una época difícil... Sois pequeñas, y no os dais cuenta, como yo tampoco me daba cuenta cuando era un niño, de la situación de aquella época, en la que también pasaban cosas...

Ver las noticias en la tele es bastante deprimente... Guerra en Ucrania (tenemos una guerra en marcha en Europa, de Rusia contra Ucrania), cambio climático (cada vez más calor, más sequía, menos agua,...), sucesos varios... 

Los precios de todo se han encarecido por la guerra, por la escasez de materias primas a causa de la guerra...

El precio de la electricidad ha subido enormemente, el precio del combustible también, y eso hace que suba todo de precio, porque las empresas necesitan electricidad para producir y combustible para transportar los productos.

Eléctricidad más cara, combustible más caro, la comida ha subido de precio, y todo en general, pero la comida no puedes evitar comprarla...

No ha llovido nada este verano, ha hecho mucho calor a causa del cambio climático causado por la contaminación... El agua escasea, hay zonas de España en las que se está racionando...

Muchas veces, decido no ver las noticias, porque la verdad es que te derrumban el ánimo, y te hacen estar preocupado.

Preocupado por vosotras, más que por mi. Ya que vosotras sois el futuro... Por mi ya casi no me preocupo.

En medio de toda esta situación, yo mirando opciones de poder comprar una casa más grande, para que tengáis cada una vuestra propia habitación... Pero es muy difícil...

Es difícil porque los bancos no te prestan todo el dinero necesario, sino que te prestan el 80% de lo que vale la casa, teniendo tu que tener el 20% en dinero ahorrado, más todos los gastos que conlleva comprar una casa, que son sobre el 12% o 13% del valor de la casa.

Para que os hagáis una idea, un piso de 80.000€, tienes que tener en efectivo el 20%, es decir, 16.000€ y luego pagar los gastos de la compra, que redondeando son unos 10.000€ más.

Total, tienes que tener ahorrado unos 26.000€ más o menos, para poder acceder a que el banco te de la hipoteca.

Antes esto no era así, y el banco te financiaba el 100%... Pero se hicieron muchas hipotecas sin control, y cambiaron las normas.

Yo compré mi casa adosada, junto con vuestra madre. Una casa que sí que tiene una habitación para cada una de vosotras, en aquella época en la que podías pedir todo el dinero necesario para poder comprar...

Lamentablemente, me echaron de mi casa, de mi hogar, como ya sabéis.

Nada me haría más ilusión en este momento, que poder daros la casa que os merecéis, pero de momento no dispongo de esos ahorros.

Sólo queda esperar. Esperar con ilusión, por si algún día es posible.

Sigo peleando. Peleando por todo. 

El ánimo muchas veces falla. Es difícil haber luchado por todo, y que te lo roben de un plumazo, porque sí. Injustamente. 

Ya estás cansado, ya hice mi lucha, y lo conseguí, y me lo quitaron.

Muchos días fallan las fuerzas para volver a pelear por todo. La injustícia te roba las ganas, y de lo único que tienes ganas es de descansar.

Descansar en paz, lo que queda de vida.

Pero en todos estos años, ya aprendí, que cuando vienen días así, lo mejor es no hacer nada. No castigarme pensando en lo que pudo ser y no fue. No pensar en la injustícia y el daño que me causaron.

Dejar que pase ese día gris, y confiar en que la ilusión y las fuerzas volverán al día siguiente, después de haber descansado por la noche. 

Hay que confiar en que así sea. 

Rendirse no es una opción...

Lo único que os puedo decir, es que cada día, cada hora, cada cosa que hago, está guiada por el objetivo de daros lo mejor posible, de mi parte... 

Las heridas y cicatrices están ahí. 

El daño y el dolor, también.

Pero rendirse, no es una opción. 

Os deseo un buen curso, y espero tenerlo yo también en el trabajo.

Vamos a por ello, juntos.

Os quiere, 
Papá.


Comentarios