(257) Esta... era mi casa
No es la primera vez que lo digo...
Es probable que tampoco sea la última...
Lo que sí es cierto, es que cada vez lo digo menos.
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Fui a llevarte a casa.
Una vez en la puerta, cerraste la verja negra de la entrada, para que no cruzase esa línea.
Cerrando el paso a tu propio padre.
No es que yo fuese a pasar, pero quizás te hubiera ayudado con la mochila, los libros, la ropa,...
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Te giras para despedirte, de manera rápida... y no puedo evitarlo. Te lo digo.
"Esta, era mi casa".
Solo digo eso.
No digo que me la robaron, que me echaron de ella como a un perro, que la tuve que dejar entre lágrimas...
Que puse mucho trabajo, esfuerzo, ilusión y dinero en ella....
Solo digo que.... "Esta, era mi casa".
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Tu respuesta fue la de siempre:
"No empieces".
Ya está.
Os da igual que se me haya arrebatado, injustamente.
Os da igual el daño causado. La pérdida, la injusticia.
Os da igual el daño causado a vuestro padre.
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Duele.
Duele que no os duela lo mio.
Intento comprenderlo, desde el punto de vista de que sois niñas, no queréis conflicto de ningún tipo, y no queréis posicionaros con vuestra madre o con vuestro padre.
Queréis manteneros al margen del horror.
Lo entiendo. Os entiendo.
Lo que no quita que me duela.
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Me lo quitaron todo, me hicieron un daño enorme personal, sentimental, familiar y económico...
Ey, pero aquí no ha pasado nada...
Qué haces hablando ahora de eso y señalando culpables...
Mil veces me pregunto, qué sucedería si fuese al revés, y hubiera yo causado un daño similar y deliberado a vuestra madre.... Seguramente, sería el malo malísimo.
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Intento dejar de pensar en ello, puesto que yo quiero que seáis felices...
Quizás con un simple "te entiendo", sería suficiente para que yo me sintiera comprendido y aliviado.
Pero no interesa....
A nadie.
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Todo esto es lo que pasa por mi cabeza, cuando os digo:
"Esta, era mi casa".
Sé que no debo decirlo.
Pero es lo que siento.
Un beso.
Os quiere,
Papá.
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