Entradas

Mostrando entradas de agosto, 2024

(267) Ya no puedo más. Me duele mucho

Ya no puedo más. Harto de dolor. De desplantes.  Semana de vuestra madre, pero no está vuestra madre. Estáis solas en casa por la tarde.  Llamo y hablo contigo, para que le preguntes a la pequeña si quiere ir a la piscina un rato.  Me contestas mal. Que para que insisto, que mi hija ya me ha dicho que no.  Me duele.  Os he criado y educado yo.  Sois lo que sois por mi. Y ahora me apartais. Solamente me buscáis cuando necesitáis algo.  Me duele tanto.  Yo pendiente de vuestro bienestar, os echo de menos. Y hacia mi todo son desplantes.  No puedo más. Tengo que protegerme.  Tengo que protegerme de tanto dolor.  Obligarme a pasar de vosotras.  Obligarme a no pensar en vosotras.  Me duele tanto. 

(266) La casa de Sumacarcer

 Yo la descubrí. Un año, de aquellos años, propuse ir una semana allí de vacaciones. Era una casa estupenda, muy grande. Con terraza y piscina, y al lado del río. Gestioné la reserva con el dueño, y allá que fuimos. Fuimos, y pasamos unos días estupendos. ------------------------------------------------------------------ Al año siguiente, volvimos a repetir. En familia. Mi chica mayor y mi pequeña recién nacida. Todavía conservo las fotos de aquellos días... Las dos veces que fuimos, fue una experiencia maravillosa. ------------------------------------------------------------------ Ahora... Vais con vuestra madre. Con vuestra madre, y con la mujer que os pone de comer mientras trabajo, y su hija, que es la mejor amiga de mi chica mayor. Con esos traidores, que pese a que fueron testigo de todo lo que me hicieron, se quedaron con la parte asesina. Mientras nosotros estábamos en el pueblo de al lado, viviendo de alquiler, nunca nos llamaban para quedar. Nunca. Se quedaron con la part...

(265) ¿Por qué no tengo trabajo?

  Cuando vino todo el asunto del divorcio, yo estaba trabajando en la empresa de aparatos y mobiliario de medicina, que creamos unos antiguos compañeros de trabajo y yo. Ahí estuve dos o tres años, no recuerdo ya. Cuando me vino lo del divorcio, mi estado mental era muy malo. No tenía ganas de nada, no sabía ni dónde estaba. Cada día, sentía un dolor insoportable. Una angustia que no puedo describir... Dolor por vosotras, por qué iba a ser de vosotras, cómo podía yo hacer todo lo posible por vosotras, mi hogar, mi casa como propiedad, mi pareja... todo destruido. No pude más. Caí en una depresión enorme, que a día de hoy, todavía no sé cómo pude soportar, y salir de ella. Tuve que dejar de trabajar en mi empresa. No podía más. Era un zombi, un muerto en vida. Iba al trabajo, y solamente podía pensar en qué podía hacer para remontar la situación. Solamente pensaba en la terrible situación que estaba viviendo. No podía trabajar así, ni cargar a mis socios con lo que me había pasado. ...

(264) Hubo un tiempo...

Hubo un tiempo, cuando yo vivía en casa de mi hermana (vuestra tía), en el que solamente os veía los fines de semana. Todos los fines de semana. Cuando veníais, en verano, hacía tanto tanto calor en casa de vuestra tía, en Xirivella, que teníamos que dormir en el sofá, los tres, con el aire acondicionado puesto toda la noche.  Vosotras dos, dos niñas pequeñitas, y yo.  Durmiendo en un sofá.  Vosotras, que erais pequeñas, os dormíais enseguida. Yo, me quedaba angustiado, pensando en que mis dos hijas, estaban durmiendo en un sofá.  Pensando en qué podía yo hacer para daros una casa, un hogar... Después de que me robaran el mío.  Tantas y tantas noches en vela. Mirando cómo dormíais, tranquilamente, y yo tenso, angustiado, pensando qué podía hacer. Cómo podía salir del agujero donde me habían metido...  Os miraba dormir tranquilamente. Yo igual me dormia a las dos, a las tres, a las cuatro, o directamente a la hora que amanecía. Meses más tarde, cuando me fui...